
Después de subir por segunda vez los puertos de la Morcuera y Canencia, gran discusión entre neófitos de la lycra sobre si a la hora de enfrentarse a un puerto de montaña se sufre menos la primera vez, no sabiendo lo que se viene ni cuando se acaba la subida, o si la desesperación es mayor las siguientes veces, cuando ya no hay sorpresas y uno puede anticipar cada rampa y cada curva que le queda para llegar a la cima.
