
Parece que esta mañana la escribió Matsuo Basho, hace siglos. Cada lugar al que miro me da una pista para un haiku que sólo soy capaz de imaginar unos segundos y que mueren antes de haber tomado forma. Niebla matinal, amanecer, escarcha, rocío y bandadas de patos, voy caminando entre las páginas de Senda de Oku. Siento al pasear en esta hora que soy parte de algo que otro escribió hace tiempo.