No soy muy de foodporn a menos que se haga en mi cocina, pero hoy debo revelar al poco mundo que me lee (quizás únicamente el puñado de amigos con los que he comido y a los que debo este descubrimiento), que el pimiento pomposamente denominado “caviar de Ampuero” en el Restaurante la Solana (⭐️), es de las verduras más inexplicables que he probado. Vale por todo el innecesariamente interminable menú (protip coman a la carta). Si me hubieran dado este pimiento con los ojos vendados no hubiera sabido de qué animal de pluma, pelo o escama habían extraído ese corte. Si usted es un ser decadente capaz de emprender un peregrinaje a la punta de un monte perdido en Cantabria para comer un pimiento, que sepa que no será defraudado.