El Dios Verdadero

Cubierto de sudor, miraba estaba mañana en un rastrillo de Burdeos una curiosa talla de un negro con sombrero, chaqueta y corbata, consideraba comprarla, pero no fui capaz de resolver mentalmente como podría encajarla en nuestro pequeño coche, que ya va cargado hasta arriba y con cinco pasajeros. Mientras pensaba esto pasó por detrás un negro con la misma chaqueta, el mismo sombrero y una corbata. Me acordé de una cita de Baudelaire, quizás apócrifa, que le leí a Benjamin “Nunca paso frente a un fetiche de madera, un Buda dorado, un ídolo mexicano sin decirme: quizá éste es el Dios verdadero.»

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s