Con la edad llega el pelo. Cuando te sobrepones al trágico tapizado de la nalga, empieza a crecerte en las orejas. Para entonces ya está todo perdido, más vale que te hayas casado. Ahí va un epigrama atribuido a Estratón de Sardes, Grecia, siglo II.
si estás aquí es que a ti también te gusta perder el tiempo