Releyendo el primer tomo de las Memorias de Ultratumba, de Chateaubriand, me encuentro este breve retrato de Chamfort en un capítulo dedicado a describir la escena intelectual de la época, en los dos años previos a la Revolución Francesa. Se me hace tremendamente familiar este tipo, lo veo en la tele y los periódicos cada día. Conviene volver a este libro de vez en cuando, está lleno de personajes que ya hemos conocido en nuestro tiempo.
Y al igual que las personas se nos hacen familiares, también los eventos, uno tiene la sensación de estar viviendo lo mismo que describió Chateaubriand, la incertidumbre y la confusión de una sociedad que atraviesa el umbral de un cambio irreversible y no es capaz de darse cuenta de ello hasta que escucha el sonoro portazo de todo un mundo que se cierra para siempre tras ellos. Las opiniones que empujan a las sociedades por esos umbrales ya tienen lenguas y brazos.
Siempre fascinante leerte amigo Jacobo.
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Gracias, abrazo tequilero!
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